La marimba y el ballenato

Editorial DESVANECER por Chez Rodríguez

Esa madrugada desperté rodeado de un batallón de tenazas, eran cientos de soldados que alarmados, contemplaban la vulnerable y sudorosa masa de carne y huesos. Una manta tejida con conchas, semillas y cuerda de atarraya me cubría centímetro a centímetro y claro, mucha arena, millones de granos formados simulando una gran espejo arcaico. Observé mi pelvis, fue deslumbrante. La nada, lo etéreo, lo inmaculado. Me fijo en las tenazas que ahora descubro son verde esmeralda, todas ellas con puntas semejantes a zanahorias ensangrentadas.

El infinito universo de la selva corrompe mi humano cuerpo, lo satura de delicados sueños acuosos y terrestres. Ahora son mis manos las que dirigen ésta odisea chocoana. Doy la orden y el batallón comienza a envolverme con sus diminutas patas y saltones ojos, me engullen. Soy su capullo. Soy un tesoro. Solo tengo tiempo para exhalar y ocultarme en los silencios. El crepúsculo está tan sediento que por doquier espesa saliva se derrama oscureciendo todo. Ahí estaba el Atrato esperándome, el poderoso dador de vida me devora, sus soldados brincan sobre las burbujas y la espuma delirante que se forma tras majestuoso festín.

El mangle suave y tibio se encuneta en mi pelvis y cadera que deliran por la lujuria; al mismo tiempo, más raíces de río me rozan y abrazan piernas, torso, cuello, cabeza y boca, finalmente es penetrada el alma. Hago el amor con mi caudaloso amante y orgasmos revolotean sobre la superficie. Cangrejos y luciérnagas danzan irreverentes y extasiados.

Editorial DESVANECER por Chez Rodríguez

La luna de páramo decide quitarse su ruana de bosque húmedo, baja lo más que puede y danza con los crustáceos e insectos que fantasean estremeciendo antenas y alas en coreografías salvajes. También ilumina a Tito, quien canta alabaos por una África que aún no conoce pero que desea chupar, curva tras curva, con esos volcánicos labios. Toca la marimba, el golpeteo hace embravecer al río. Prólogo de la fecundación. Atrato y Tito se mueven cadenciosamente, Atrato lo embiste y Tito se moja de placer. Ahora es Tito quien, marimba en mano y completamente mojado, hace que el mangle se retuerza en jadeos. Las raíces fálicas y rígidas salen sobre la superficie en donde cangrejos y luciérnagas contemplativos, se vienen sobre la luna que brilla cual diamante de sangre.

Abro los ojos, la veo, me canta. Abre sus majestuosas aletas y me llama, las raíces del mangle dejan de cobijarme, se que puedo moverme por aquellas tibias y pacíficas aguas. Me acerco, Adela salta sobre la superficie azota su gran cola y sigue cantando melodías espléndidas. Sublime espetáculo. Adela me abraza y amamanta con tibia leche, me embriago de amor. Adela y su ballenato nadan al sur, su vasto océano los espera.

Editorial DESVANECER por Chez Rodríguez

12 comentarios en “La marimba y el ballenato

  1. Jorge Torres González dice:

    Sobresaliente e interesante, una comunión entre arte, herotismo y humanidad ¡¡¡ Fetichez como los de joseph Beuys y los de Marcel Duchamp, algunos alcanzan el borde y otro el filo muy afilado, pero siguen un ritmo vital, y ese es riesgo contemporáneo sinónimo de arte comprometido, una ópera de resultados que hacen de un artista un vigilante del pensamiento crítico, como buen pirata es el primero que debe ver tierra ¡¡¡¡ Excelente propuesta ¡¡¡

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    1. Chez dice:

      Hoy como es usual debo expresar mi completa admiración maestro, siempre has sido un personaje que desde aquella noche de penumbras y música discotequera se quedó prendido a mi, por la energía y radiante capacidad de embellecer todo lo que te rodea y, afortunadamente, eso incluye a tus amigos, ¿qué maravilla no crees? Gracias querido Jorge por tus palabras y apoyo incondicional.

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    1. Chez dice:

      Hoy es el momento perfecto para agradecer siempre por esa mujer visionaria que encuentro en cada momento compartido contigo. Asombrosa es tu vitalidad y sonrisa. Gratitud.

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    1. Chez dice:

      Hoy es el momento preciso para enaltecer tu complicidad. Nada a cambiado desde aquí primer día frente al Carulla del Park Way, seguimos envueltos en nuestras energías y ni el tiempo o la distancia han malogrado esto. Gratitud amoroso hombre de alma de viejo pachanguero.

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