Extraordinario ejercicio de poder

Mi historia – Michelle Obama

Editorial Plaza Janés – 523 págs.

Sumergirse en lo profundo de las memorias de alguien más, trae consigo la capacidad de dejar atrás egos o petulancias que a veces se acumulan y terminan por influenciar tu manera de obrar en los distintos ámbitos de la vida. Por el contrario, leer la autobiografía de quien hablaremos hoy, nos da la posibilidad de asumir un rol de aprendiz, reactivando en el lector, esa sensación de batallar para alcanzar las metas propuestas, de celebrar los triunfos del otro. Página a página, vas fortaleciendo ese espíritu de lucha y superación que siempre anda latente, día con día, en cada uno de nosotros.

La cátedra presencial, que entrega la lectura de este recuento de los hechos más significativos de la ex primera dama de los Estados Unidos, sugiero al lector que la reciba con mente abierta y empatía, pues quien lee este libro, debe dejarse ovillar y enriquecer de la experiencia que otro ser humano puede compartirle. Así me sentí al leer mi primer libro autobiográfico. Agradezco, que mi maestra no fuera otra que la empoderada, Michelle Obama.

«Quizá sea ese el problema fundamental de conceder demasiada importancia a lo que opinan los demás: Puede confinarte al camino establecido, el camino del «Vaya, vaya… ¡Qué impresionante!», y mantenerte allí durante mucho tiempo. A lo mejor te impide dar bandazos o planteártelo siquiera, porque lo que se perdería en términos de la estima ajena puede parecer un precio demasiado alto.» Mi historia – Pág. 121.

Adentrarme en la historia de una de las mujeres más influyentes dentro del acontecer político y social del siglo XXI es toda una travesía de altos y bajos emocionales contundentes y, al mismo tiempo, un muy buen manual de empoderamiento y esperanza. Piense el lector, que hoy en día gran parte de la población con la capacidad económica de cambiar el curso de la historia de la humanidad, como usted que lee esta reseña o yo, quien la escribe, utiliza el ecosistema digital como escenario de esta transformación y al voto como pilar del cambio. Michelle y su esposo no fueron ajenos a esta emancipación de los tiempos modernos y, entrando en ella, la fueron usando como herramienta masiva de diálogo con sus votantes y seguidores. Fue así como lograron cambios sociales tan importantes, cambios que le han dado un respiro ambiental al planeta, una oportunidad de vida a las minorías y comunidades oprimidas y, lo más importante, despertaron en los estadounidenses un pensamiento de autocrítica definitivo para la búsqueda de esa reforma social universal que toda gran Nación/Estado necesita.

Estamos a cargo, gracias al uso de nuestros teléfonos celulares y redes sociales, del manejo de una plataforma de creación y difusión de opinión demasiado basta e incontrolable. “Influencers” y gurús de la sociedad de la información, a la que pertenecemos actualmente casi todos, se hacen millonarios gracias a la manipulación de cientos de miles o millones que siguen sus ideas, estilos de vida y comportamiento. Hoy quiero hacer un alto en este camino mediático digital y junto al lector volver a lo esencial. Hablo de la conexión entre las palabras escritas de un libro y la explosión de sentidos que deja en el lector su paso por ellas. Recuerden que cuando se lee, ves lugares y conoces personajes fantásticos, oyes gritos en batallas épicas o la música de un café bohemio, hueles el perfume de una marquesa o el aroma de un queso, degustas los besos sabor a cocaína de una bella prostituta o las gotas de agua que le dieron vida a aquel sediento esclavo y tocas el desnudo sexo de tu amante en sublimes “Mil y una noches”.

Hoy he decidido que mi “influencer” sea la señora Obama. Invito al lector a que se deje influenciar por ella.

El libro cuya trama biográfica está dividida en tres partes: Mi historia, Nuestra historia y La historia Continua, narra con un estilo sencillo pero muy genuino, los principales y simbólicos episodios de la vida de esa mujer de 57 años, que no solo se convirtió en la primera dama de color de los Estados Unidos, sino que junto a su esposo formaron la pareja política más sensata, progresista, incluyente y gestora de ideas que cambiaron la dinámica de su nación y del mundo. Los Obama, sin temor a equivocarme, son una pareja que reconoce el infortunio de hacer parte de las minorías y, es justamente esa experiencia, enraizada en sus ideales y acciones, lo que les ha permitido edificar una nación en progreso igualitario, un Estado en ideas revolucionarias enfocadas al bien común y leyes empáticas y respetuosas hacia aquellas minorías que los vieron nacer y formarse.

«Las tardes que pasábamos juntas me enseñaron que no existe una fórmula para la maternidad. Ninguno de los enfoques podría considerarse correcto o erróneo. Era útil cobrar conciencia de eso. Al margen de la forma en que viviera cada uno y del por qué, todos los niños pequeños en aquel cuarto de juegos eran queridos y estaban teniendo una buena infancia. Cada vez que nos reuníamos, sentía la fuerza colectiva de todas aquellas mujeres que intentaban hacer lo mejor para sus hijos: Sabía que al final, pasara lo que pasase, nos echaríamos una mano unas a otras y saldríamos adelante.» Mi historia – pág. 253.

La historia de Michelle Obama es contundente y apasionante, pues está enmarcada en una rebeldía genuina. Cada paso que dio, cada decisión que tomó, cada sacrificio que ofreció a la vida formaron a la mujer admirada por muchos. Episodios como su llegada a la facultad de derecho o su rol como madre primeriza nos entregan narraciones dignas de tomar nota. No sé el lector, pero yo considero que leer una biografía o en este caso una autobiografía, establece una relación directa con ese yo aspiracional o soñador que tenemos todos. Son lecturas reflexivas que nos trasladan a convivir con los momentos pasados de otros, enlazándose a la perfección con ilusiones o proyectos propios.

«En una ocasión, me encontré un pedazo de cartulina roja pegada a una puerta con un mensaje escrito con rotulador negro que lo decía todo:

AVISO PARA TODOS LOS QUE ENTREN AQUÍ:

Si entras en esta habitación con lástima o para sentir lástima por mis heridas, vete a otra parte. Las heridas que sufrí las recibí haciendo un trabajo que adoro, para personas a las que quiero, defendiendo la libertad de un país por el que siento un amor profundo. soy extraordinariamente duro y me recuperaré por completo.

Eso era resiliencia. era el reflejo de un espíritu de autosuficiencia y orgullo que había visto por todas partes en el ejército.» Mi historia – Pág. 423.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s