Perversas ensoñaciones

Seda

Editorial ANAGRAMA – 125 páginas.

Cruzó la frontera cerca de Metz, atravesó Württemberg y Baviera, entró en Austria, llegó en tren a Viena y Budapest, para proseguir después hasta Kiev. Recorrió a caballo dos mil kilómetros de estepa rusa, superó los Urales, entró en Siberia, viajó durante cuarenta días hasta llegar al lago Baikal, al que la gente del lugar llamaba mar. Descendió por el curso del río Amur, bordeando la frontera china hasta el océano, y cuando llegó al océano se detuvo en el puerto de Sabirk durante once días, hasta que un barco de contrabandistas holandeses lo llevó a Cabo Teraya, en la costa oeste del Japón. A pie, viajando por caminos, atravesó las provincias de Ishikawa, Toyama, Niigata, entró en la de Fukushima y llegó a la ciudad de Shirakawa, la rodeó por el lado este, esperó durante dos días a un hombre vestido de negro…(Seda – pág. 26).

Hablar de Seda es adentrarnos y convivir con un episodio de la historia de la humanidad formidable. Es vivenciar en cada página uno de los marcos geopolíticos más alucinantes de nuestra historia universal. Es recorrer, a partir de la marcha ascendente de cada página del libro, la deslumbrante y muy referenciada Ruta de la Seda y todo esto gracias a la lectura de una hermosa historia de amor. Líderes, bandidos, guerreros, sacerdotisas, comerciantes, princesas, esclavos, naciones e imperios fueron abriendo caminos, edificando ciudades, construyendo puentes de piedra y de lenguaje, creando alfabetos y alianzas, descubriendo fascinantes tecnologías de la época, conquistando razas nuevas y pueblos desconocidos, descubriendo animales o plantas deslumbrantes y convirtiéndose en los protagonistas de un icónico capítulo de nuestra civilización. Alejandro Magno, Marco Polo y nuestro temerario Herví Joncour, personaje principal del libro, son un ejemplo de ello. Finalmente la Europa de Occidente y el Lejano Oriente se entrelazaron en un vínculo íntimo que duraría siglos, terminando tan solo hace pocas décadas con la aviación y posteriormente la globalizante expansión web.

De seguro muchos de ustedes han escuchado historias que sucedieron a lo largo de estos casi 8.000 kilómetros de rutas y caminos alucinantes e inhóspitos. Aventuras, travesías mágicas y mortales batallas se han librado dando origen a crónicas, narraciones, mitos, leyendas y libros que escritores como Alessandro Baricco han creado para el deleite del lector. Leer este libro me permitió sacar a pasear mis pensamientos a tierras lejanas, cálidas y envolventes. Puedo asegurarles que, en tiempos difíciles como los actuales, estas lecturas oxigenan y endulzan el paso, el sentir y el ser.

El escritor nacido en Turín nos ofrece un libro con una precisión narrativa tremenda. No le sobra ni le falta una sola palabra. La historia atrapa rápidamente pues es rigurosa en su objetivo, cautivar al lector capítulo tras capítulo. Baricco relata en Seda, con las aventuras de Joncour, situaciones tan arquetípicas, cargadas de cierta y sobresaliente elocuencia que permiten al lector adueñarse por completo de cada uno de los personajes, y cuando digo adueñarse, me refiero a esa mágica posibilidad que nos otorga la escritura de vernos representados en ciertas características de los personajes que visitamos con la lectura. Es fantástico sin duda disfrazarnos por momentos de seres como Joncour, Hélène, Hara Kei o Madame Blanche, pues en ese accionar de la imaginación, se logran descubrir tantas similitudes con la cotidianidad de hombres y mujeres actuales, surgiendo entonces “deja vues” automáticos muy conectados a la esencia humana universal.

Pensar en este pequeño libro es imaginar un magnífico regalo de amor. ¿Por qué lo creo? Porque con solo recordar aquel fragmento del libro, en donde se relata la forma en que los hombres orientales honran la fidelidad de sus amantes, la idea sola de amar florece. Una exposición contundente de romanticismo. “Comprendió que se hallaba en las inmediaciones de la residencia de Hara Kei cuando vió una gigantesca jaula que guardaba un increíble número de pájaros de todo tipo: un espectáculo. Hara Kei le había contado que se los había hecho traer de todas las partes del mundo….Se acordó de haber leído en un libro que los hombres orientales, para honrar la fidelidad de sus amantes, no solían regalarles joyas, sino pájaros refinados y bellísimos.” Para mi, esta historia se escribe con una pluma que enaltece las más espléndidas narraciones de un tiempo antiguo, su geografía, sus reinos y sus batallas. Seda muta, de seguro, en una bocanada de aire fresco para el lector.

Existió una pregunta que deambulaba conmigo a lo largo de la lectura y fue: ¿Lealtad y fidelidad pueden realmente fundirse dentro del pensamiento humano a la hora de profesar amor? Al escribir esta reseña intento responder a dicho enigma. Pocas respuestas llegan a mí. No soy muy experto en las lides del amor, por eso creo que adentrarnos en esta historia de Baricco nos permitirá ahondar en debates como: ¿Para amar debo ser fiel? ¿La lealtad está ligada a otros actos de interacción que no precisamente tienen que ver con el amor? ¿La fidelidad debe ser un acto de evolución del pensamiento en pareja? o el más viral de todos, ¿Se puede amar a más de una persona, existe el poliamor? Les dejo a ustedes esta lectura y estas preguntas, quizás me ayuden a encontrar las respuestas.

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