Tormentos por Chez Rodríguez
De repente sientes que todo se alinea en raíces enmarañadas, tu alma es atravesada por senderos de topos, infinitos y en tinieblas. Surgen ausencias insostenibles.
Fotografía y producción de moda: Chez Rodríguez @thechezphotography. Maquillaje: María del Mar Quintero para @4everandevermakeup. Vestuario vintage de la colección personal de Catalina Roa @ccattuss. Modelos: Devora Roa @deviroa, Kim Arévalo @kiwiarevalo & Martín Pulido @marspulido



Julia: Despertar se hace agobiante. Someterse a la incandescencia de la luz que brota de los albores de la mañana es un insoportable choque con la realidad de Julia. Durante varios años esta mujer a deambulado por laberintos de indecisión y cobardía. Su corazón late muy fuerte cada vez que su mente le recuerda el tiempo perdido, son vibrantes momentos de lucidez en donde reafirma su imperante necesidad de volver a volar, de volver a ser esa ave guerrera que solía ser. Pero casi de inmediato, una niebla citadina y densa la cubre, empieza a rechazar el ahora y a darle paso al después. Su ímpetu se relaja, sus deseos se adormecen, su luz se vuelve tenue, casi imperceptible. Julia se detiene para tomar un café y sus ojos, contrario a lo que podría esperarse por los efectos de la cafeína, se cierran para entregarse por completo a los brazos de Morfeo, su amante divino.
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Leonardo: No hay nada más oscuro que la noche. No existe nada más denso que el abismo. Sin embargo, siempre el resplandor de mi pecho y el brillo de mis ojos dará luz a cualquier noche o abismo. Leonardo siempre ha pensado que la belleza es un regalo inmerecido que se reparte al azar, sin humanidad, sin razón, sin equilibrio y sin justicia. Saberse bello es un trago exquisito que embriaga cada uno de sus fetiches innumerables para éste tiempo. Su basto universo podría caber sin problemas en el collar de una gato casero. La ceguera se ensaña con él, lo recubre como un pasmoso lodo que al final termina secándose y dejándolo sepultado bajo su ego. Leonardo no sabe que bajo toda esa estridente perfección existe un alma tan cautivadora y sublime que derrotaría, ella sola, a cualquier inmenso ejército de infinita belleza.
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Lola: Los latidos de su acelerado corazón empiezan a extinguirse con el silencio de una amarga soledad buscada a gritos. Las paredes se achican a cada segundo y Lola solo observa con una mirada siniestramente cautivadora, como su alma se desangra por una energía perversa que brota de su ser, cual río caudaloso que se lleva todo a su paso y solo deja devastación. Lola encanta, Lola brilla, Lola enamora, Lola seduce y, al final, Lola simplemente sufre, impotente y envuelta en su miedos. La pasión desbordada de sus letras es alucinante, leer los textos de Lola, se convierten para el lector en el más irreal viaje a universos tan desconocidos como adictivos, tan adictivos como ella misma.
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Julia, Lola y Leonardo suben al estrado y testifican sus verdades, mueren por tener la certeza de haber convencido al jurado, transpiran y sus voces se entrecortan, el jurado debe creer que sus verdades son mis verdades. Sentencia anticipada ¿quizás? Los escalofríos no dan tregua, un rojo brillante se apodera de la palidez hasta ahora reinante en mi rostro. ¡No es cierto, no hacen más que mentir! grito con desespero. El jurado se reúne y en secreto llegan al veredicto. Por su parte el señor Tiempo, quien hace de juez supremo, se dirige a mi. Señor FetiCHEZ todo va a estar bien, quiero que sepa que todo va a estar bien.
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