Antropocentrismo desenfrenado

De animales a dioses – Yuval noah Harari

Editorial DEBATE

456 Páginas

Hay cientos de placeres culposos que logran hacerte perder todo. Mi secreto nunca debió entrar en ésta categoría tan mediática, pues así lo ocultara y fuera o siga siendo un placer, por ningún motivo debió avergonzarme. Las novelas fantásticas de Julio Verne o las narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe siempre me trasladaron a mundos inquietantes y me hicieron cómplice de personajes fenomenales que acompañaron mi traviesa búsqueda de identidad. Recuerdo que por esa época se desbordaba la imaginación del niño y los instintos “nerd” del adolescente germinaban por doquier. Hoy, reencontrarme con estos dos personajes de mi pasado, gracias a la lectura de un ensayo sobre el ser humano y su caminar histórico por la tierra, es tan apasionante como lo fue hacer parte del «Gun Club» y conquistar la luna con Verne o haberme filtrado en el Palacio de Usher y contemplar hechizado los versos de la Rapsodia.

Pienso en el actor que llevo dentro, pienso en todas las preguntas que ese actor debe hacerse para enfrentar a su personaje, pienso en De animales a dioses y como su lectura fue tan apasionante, similar a los segundos iniciales del actor sobre las tablas enfrentando su primera escena, esos segundos que transforman al ser y lo llenan de adrenalina. También pensé en estar bajo las luces del escenario envolviéndome en atmósferas aparentemente ficticias, pero que son tan reales como el texto escrito por Yuval Harari.

Sapiems” como se titula en su versión original, es una conversación moderna y envolvente sobre la máquina del tiempo. Si, ese famoso objeto que durante siglos los humanos hemos imaginado y soñado encontrar. Su futurismo dejó de centrarse en luces incandescentes, botones de encendido ruidosamente melódicos o cubículos galácticos con humo blanco que transporta a otras épocas. Ahora la realidad del viaje por el tiempo, está en el poder de la ciencia y el carbono 14. En este ensayo viajar por el pasado posibilita a sus lectores hacer suyos párrafos que describen con franqueza y sin enredos, nuestra huella planetaria, dejando explícita la cicatriz hecha.

Confieso que no deja de hacer ruido, el impulsivo interés de las masas por fanfarronear y querer ser partícipes, de una forma mediática y cínica en todo lo referente a la historia y sus descubrimientos, investigaciones, análisis y debates. Pero si en algo el ensayo del israelí puede intervenir, es en la reflexión sobre nuestro accionar violento e ilegítimo con el planeta, y cómo nuestro consumismo nos ha convertido en seres inconscientes, egoístas y mundanos. Hoy somos camuflados abusadores de los seres vivos con quienes compartimos este mundo. Hoy los recursos de la Madre Tierra son explotados sin medir el daño ni las consecuencias de dichas acciones.

Leer De animales a dioses generó en mí una profunda reflexión y una determinada movilización orientada hacia cambios muy puntuales, entre ellos: ¿Cómo me observo dentro del planeta? y ¿Qué debo hacer para dejar de irrespetarlo?. Les revelo que mis cambios de hábitos han suscitado varias críticas y chistes… La verdad, no me importan! . Reconozco que pensar, crear un criterio y reflexionar sobre mis deberes y los abusos cometidos con la naturaleza, es tan alentador como aterrador, pero es una tarea que asumo con determinación.

Yuval Harari lo sabe y esa es la razón fundamental por la que actúa según sus esperanzas, y yo quiero tener esperanza. Escribió esta obra para que intentemos comprender como un hecho tan aparentemente simple, un incendio producto de una gran tormenta eléctrica, se convirtió en la reacción en cadena de la destrucción más brutal hasta ahora conocida. La pregunta final que surge es ¿La racionalidad dañina nacida en aquel tiempo se detendrá? Lo más seguro es que no, solo espero que llegue el momento en que respetemos la vida en su totalidad.

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